Hoy es un día hosco
un largo día sin ayeres
cuando el ojo de un dios vigila
y los caminos se detienen
ya las horas no dan
en los relojes
ni se abaten los pájaros
en los viejos tejados
de las casas
Hoy es un día cero
sin luz de amanecida
ni posible crepúsculo
medio día de tierra
Aquí no caerá nunca
ni garúa ni lluvia
ni volverán a dar las doce
qué espera atormentada
si no fuera por el «ya
está el almuerzo»
o «el té se enfría»
de las siete
diríase
que nunca nada sucedió
sino el golpear del tiempo
isócrono incoloro
sobre la misma piedra
¿Y el tiempo transcurrido
con su tremenda carga
de olvidos y colores
sus paradójicos caminos
sus abras sus linderos
transitados?
El pasado no existe
dijiste un día
claro luminoso
todo es el Hoy
el momento
el instante
que transcurre
como el rodar del agua
entre las piedras
El recuerdo limita
en sus cuatro paredes
aprisiona
Su no ser
su estatismo
su hueco prolongado
su cariátide
de ojos alelados
mirando sin mirar
el transcurrir desesperado
de las horas
que ya no da ningún reloj
Magda Portal
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Hay un typo en el poema; «¿I el tiempo transcurrido
con su tremenda carga
de olvidos y colores
sus paradójicos caminos
sus abras sus linderos
transitados?»
De nada.