¿Recuerdas…?
La noche era como un largo camino que se adentraba en la casa invadiendo todos los rincones, llevando la penumbra hasta el último resquicio, asustando lentamente a los gatos, ¿recuerdas? Estoy seguro que sí. En vano has tratado de olvidarlo. Todos los días, al dormirte, piensas en ello tratando de olvidarlo. Inclusive, has llegado a ser la víctima de varios charlatanes que te ofrecían el olvido de ese momento, un olvido patentado y garantizado. ¿Acaso no compraste un día, en una pequeña tienda del barrio judío, un folleto que se llamaba Las Aguas del Leteo, método antimnemónico basado en los últimos descubrimientos de la ciencia cabalística?. Yo he visto ese folleto entre tus cosas, entre las cosas que guardas con recelo, temerosa de que ellas delaten ese compromiso ineludible que has concertado con tu pasado, con un pasado que crees que es el tuyo pero que no te pertenece mas que en el delirio, en la angustia que te invade cuando miras esa fotografía, como lo haces todas las tardes hasta que sientes que tu pulso se apresura y tu respiración se vuelve jadeante. Aspiras a un éxtasis semejante y quisieras verte desnuda, atada a una estaca. Quisieras sentir el filo de esas cuchillas, la punta de esas afiladísimas astillas de bambú, penetrando lentamente tu carne. Quisieras sentir en tus muslos el deslizamiento tibio de esos riachuelos de sangre, ¿verdad?…
Salvador Elizondo

Xiomara
Si.