NVA

El aire a esas horas, parecía calmarme con su golpear desordenado mientras caminaba de vuelta a casa. A veces me detenía a mirar las maniobras de los barcos que a lo lejos mantenían avivado a Puerto Isabel. Esa visión -barcos, viejos muelles, atardecer-, lejos de enturbiarme en sentimentalismos comunes, me hacía pensar en grandes ciudades repletas de artefactos en movimiento perpetuo, en edificios vacíos; como una ensoñación del futuro en donde los seres humanos no tenían cabida. Las personas me parecían desde entonces demasiado grises, demasiado tontas para estar en lo que realmente importaba y que no comprendían la preciosa oportunidad de estar en el mundo por lo que, aunque no se materializaran nunca aquellas ensoñaciones; para mí ya todos estaban muertos y en el mejor de los casos, no eran mas que fantasmas.

apuntes del androide

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